domingo, 5 de noviembre de 2006

Principio de demarcación: teología y ciencia

Posted by Unknown  |  at   17:14

En realidad, no existe contradicción en los ámbitos específicos y distintos con los que la teología y la ciencia explican el misterio de la creación de la materia, el Universo y la vida. Aquella nos revela la causa, ésta nos describe el cómo. De este modo, dos de las cualidades inherentes al ser humano, el sentido de trascendencia y la búsqueda de una explicación por medio de la razón, encuentran satisfacción complementaria en el esclarecimiento de la creación. Nuestro sentido de la trascendencia nos lleva a admitir una intervención sobrenatural en la creación, mientras que la ciencia explica que en el origen de todo hubo una gran explosión seguida de la expansión de las partículas subatómicas, la formación de los átomos, el enfriamiento de las masas gaseosas y la condensación en miríadas de astros, en uno de los cuales, en un pequeño planeta de un suburbio del inmenso espacio nos encontramos nosotros, producto final de una extraordinaria y complejísima cadena de sucesos.

Por otra parte, la teoría de la evolución, como todas las teorías científicas, es completamente neutra en lo que concierne al pensamiento religioso. No surgió para oponerse a una idea de trascendencia sino para explicar un fenómeno natural como es el de la diversidad espacio-temporal de los seres vivos. Es curioso constatar que en el momento actual vivimos un cierto reencuentro por parte de muchos científicos con la religión, y que este reencuentro se da más entre los físicos, particularmente los físicos teóricos, que entre los biólogos moleculares. Tal vez por el reconocimiento en un poder infinitamente superior en el origen de la materia y del Universo, del que puede explicar la aparición de la vida y su diversificación a base de modificaciones graduales de los genes y los genomas. De este modo, el físico se enfrentaría al enigma del paso de la nada al todo, mientras que el biólogo molecular ha adquirido una posición de poder manipulador sobre una naturaleza que nos ha revelado los secretos de su plasticidad.

Lo cierto es que el ámbito de análisis de la realidad del Universo, el mundo y la vida, la metodología utilizada para comprender su origen es diferente para la ciencia, la filosofía y la teología, aunque todos persigan el mismo fin y traten de comprender el sentido de la existencia. De esta manera queda reivindicado el principio de demarcación, que establece los ámbitos específicos de actuación de todas las ciencias, que en el caso de las positivas no admite ningún modo de pensamiento que se aparte de la experimentación, pero que llevado a su extremo de negar cualquier otra realidad supone caer en el Cientificismo, que al darle la espalda a la filosofía y la teología renuncia a la legítima y necesaria búsqueda de explicaciones de todo aquello que hoy no sabemos y la ciencia no es capaz de explicar.

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Blog del departamento de Teología del Istic

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