Intervención del profesor Carrasco Rouco retransmitida en videoconferencia por la Congregación para el Clero
La dignidad y la fraternidad humanas están enraizadas ciertamente en el hecho mismo de ser hombre, de pertenecer a la raza humana, y no son otorgadas por ninguna decisión o acuerdo político. Su dignidad le viene al hombre por naturaleza, no por la pertenencia a un determinado cuerpo social.
Sin embargo, no tienen razón quienes pretenden explicar dignidad y fraternidad genéticamente, es decir, desde un pensamiento «naturalístico», que sólo reconoce como reales las leyes naturales observadas por la ciencia empírica y querría explicar así el mundo entero y, por tanto, también al hombre.
Leer la intervención entera en:
Zenit, agencia de noticias - El mundo visto desde Roma.
0 comentarios :
Publicar un comentario