Elogio de la amistad más grande

"¿para qué te procuras un amigo?"

"Para tener por quién poder morir,

para tener a quién acompañar al destierro,

oponiéndose a su muerte y

sacrificándome por él"

Roma, a 12 de Marzo de 2008

Queridos amigos,

Me alegro de saludaros. Me he decidido a escribiros porque acabo de leer algo precioso, que me gustaría compartir con vosotros.

Es un trocito de una carta sencilla que escribió un andaluz universal: Lucio Anneo Séneca.

Séneca nació el 4 a.C. en Córdoba. Las letras de su padre y su cuidada educación contribuyeron a gestar un hombre de gran interioridad. Su tía, mujer de influencias, lo llevó a Roma y allí fue gran orador, maestro e incluso tutor de Nerón. Sufrió mucho el bueno de Séneca, ya que padeció las envidias primero de Calígula y después de Nerón, que a pesar de deberle tanto, lo condenó a muerte. Murió el año 65 d.c.

Entre sus numerosos escritos, destacan las cartas a su amigo Lucilio. En una de ellas, la nº 9, reflexiona sobre la amistad. En ella escribe cosas bellísimas. Dejenme que les mencione sólo alguna.

Dice Séneca que "quien comienza a ser amigo por interés, también por interés dejará de serlo". ¡Qué gran verdad! Noto que muchas de las relaciones humanas están atraversadas por el interés y la búsqueda del provecho propio. A veces descaradamente, a veces de manera sibilina, a veces casi inconsciente (por ejemplo, cuando la gente busca amigos para huir de la soledad. No lo veo mal. Es lógico y hasta necesario. Pero la amistad está llamada a ser algo más).

Entonces nuestro cordobés se pregunta. Si uno no debe buscar un amigo para que le sirva de ayuda, o sacar partido de él, entonces "¿para qué te procuras un amigo?". Séneca responde:

"Para tener por quién poder morir,

para tener a quién acompañar al destierro,

oponiéndose a su muerte y

sacrificándome por él".

¡Qué hondura! Séneca nos enseña que la verdadera amistad lleva a la renuncia y el sacrificio por el otro. Esto no sólo beneficia al amigo; esto es también lo más sabio para uno mismo, ya que no hay felicidad más grande que entregar la vida por amor.

Aprovechando esta carta, os doy las gracias porque sé que muchos de vosotros me queréis así de bien. Gracias.

Vienen días muy especiales. Algunos sois cristianos, otros no, pero creo que a todos nos impresiona la historia de un contemporáneo de Séneca (¡que probablemente también nació en torno al 4 a.C.!): Jesús, el Cristo. Él dijo en una ocasión: "Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos". Y cumplió lo que dijo. Jesús entregó su vida en fidelidad al proyecto de su Padre y por un amor tal, capaz de dar la vida en sacrificio por todos, incluso disculpando a los que lo crucificaban ("Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen"). Merece la pena recapacitar sobre la historia, palabra, pasión y muerte de este hombre. Os animo a ello en esta Semana Santa.

Para los que somos cristianos este Jesús no es sólo un hombre bueno, ni siquiera el más bueno de la historia. Él era también el Hijo de Dios, que murió sellando el testamento de nuestro perdón y salvación radical. Él sigue siendo hoy el Hijo de Dios, ya que ha resucitado de la muerte y nos enseña a todos el camino hacia la Vida definitiva.

Empecé por Séneca y he terminado con Jesús. Perdonadme si os he cansado.

Me gustaría acabar felicitándoos por esta Pascua que viene. Siempre nos felicitamos la Navidad de Jesús, pero todavía su Pascua es una fiesta más grande. Así que... ¡felices Pascuas a todos!

Álvaro Pereira

P.D.: Si queréis leer las cartas de Séneca, están publicadas en español en la Biblioteca Clásica Gredos. Son dos tomos y se llaman: "Epístolas Morales a Lucilio". Si alguno se atreve con el latín, están en internet: en http://www.thelatinlibrary.com/sen.html

También en inglés http://www.martinfrost.ws/htmlfiles/moral_epistles.html#On_Choosing_Our_Teachers

e italiano http://spazioinwind.libero.it/latinovivo/Lettere%20a%20Lucilio.htm

¡Buenas noches!

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Por Álvaro Pereira