"Pequeños avances y retrasos en el campo de la teoría de una ciencia cualquiera son frecuentemente de una importancia que al principio no se puede valorar. Puede ser que a primera vista, tales transformaciones parezcan cosas para perder el tiempo, cosas de la agudeza ociosa de los intelectuales. Pero si se piensa que tales conocimientos nuevos penetran en la conciencia general y ahí se convierten en supuestos obvios de la acción, quizás se sospeche, entonces, que de ellos depende mucho y a veces todo. Esto sirve también para la teología.
Es extraño: que los cristianos –con nuestra fe cristiana- parece que somos los que menos estamos convencidos del poder del pensamiento, los que menos creemos que la “teoría” puede llevar a la sazón efectos muy prácticos. Por eso preferimos reflexionar muchas veces sobre política eclesiástica, cuestión social, métodos de propaganda y cosas por el estilo. Por eso no suele apreciarse mucho, con frecuencia, la teología viva. A muchas personas en la Iglesia causa la impresión de que no hace más que enturbiar superfluamente conocimientos que ya estaban claros desde hacía mucho tiempo, crear inquietudes y distraer de lo más importante. Tales gentes no advierten que una teología viva, que plantee hoy nuevos problemas y que busque, trabaja para que la predicación de mañana llegue al espíritu y al corazón de los hombres. Tal trabajo de la teología puede parecer a veces complicado e infructuoso. Sin embargo, es también necesario. Incluso aunque el corazón y la gracia siguen siendo lo único insustituible"
K. Rahner, Escritos de Teología IV, 1962, 243
Y ¿tú qué piensas sobre el papel de la teología? Puedes dejar tus comentarios...
Es extraño: que los cristianos –con nuestra fe cristiana- parece que somos los que menos estamos convencidos del poder del pensamiento, los que menos creemos que la “teoría” puede llevar a la sazón efectos muy prácticos. Por eso preferimos reflexionar muchas veces sobre política eclesiástica, cuestión social, métodos de propaganda y cosas por el estilo. Por eso no suele apreciarse mucho, con frecuencia, la teología viva. A muchas personas en la Iglesia causa la impresión de que no hace más que enturbiar superfluamente conocimientos que ya estaban claros desde hacía mucho tiempo, crear inquietudes y distraer de lo más importante. Tales gentes no advierten que una teología viva, que plantee hoy nuevos problemas y que busque, trabaja para que la predicación de mañana llegue al espíritu y al corazón de los hombres. Tal trabajo de la teología puede parecer a veces complicado e infructuoso. Sin embargo, es también necesario. Incluso aunque el corazón y la gracia siguen siendo lo único insustituible"
K. Rahner, Escritos de Teología IV, 1962, 243
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2 comentarios :
Tal vez estamos un poco cansados de las elucubraciones mentales. En nuestra época son más efectivas las emociones que las razones, las imágenes que las ideas abstractas. Sin desdeñar la labor teológica y el esfuerzo racional por la comprensión del gran misterio, creo que más que teólogos debemos ser místicos. Tal vez tengamos que ser ambas cosas a la vez. Lo cierto es que la teología en nuetros tiempos no es precisamente un producto con altos niveles de marketing, y pareciera que esa situación no es es fácil de cambiar
Bueno, ut-unum... he leído la reflexión del Consejo Latinoamericano y me parece que, aunque tienen razón en algunas cosas, a su análisis le faltan algunos datos esenciales a tener en cuenta. A mi juicio el problema no es sólo de "marketing" o de popularidad porque no es así como se "mide" la significatividad de una ciencia. Que la Teología esté en crisis es algo que se ve claro pero las razones deberán buscarse más en el concierto científico (el concepto de ciencia que se baraja mayoritariamente) y en la validez de los instrumentos utilizados (la razón interlocutora y el método fijado). Lo digo porque, a cierto nivel, la Teología ha dejado de considerarse como una disciplina rigurosa al no basarse en un estricto método experimental y creo que de ahí le vienen los problemas de significatividad. Sí estoy de acuerdo con la reflexión a propósito de la afirmación de Barth y creo que muchos teólogos no han practicado una teología "eclesial"; de ahí que haya perdido interés hasta para las propias comunidades cristianas. Quizá por ahí venga tu recriminación sobre la falta de "misticismo" y me parece en cierto modo, correcta, porque la única forma de hacer Teología "eclesial" es mantenerse en el terreno del dato de la fe y de la experiencia religiosa. Aún así, la especulación es necesaria y los grandes maestros nos han enseñado que la síntesis enre especulación y fe no sólo es posible, sino que es la que da fruto. Dentro de poco tendremos en el blog una reflexión prometida por Jorge Zazo que puede aclarar muchas cosas en este sentido y que surgió a partir de un debate teológico sobre la figura y el papel del teólogo. A ver si no se retrasa mucho. Un abrazo.
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